No es admisible que un Presidente, al margen de su legítimo derecho a defenderse cuando se siente agredido, se exprese en forma amenazante y agresiva contra quienes no coinciden con su forma de pensar.
No es admisible que un Presidente, al margen de su legítimo derecho a defenderse cuando se siente agredido, se exprese en forma amenazante y agresiva contra quienes no coinciden con su forma de pensar.