Después de su encendida intervención en el edificio Libertador, el mandatario entonó su tradicional “Viva la libertad, carajo”.Pero después pidió perdón, interrumpió al locutor y cerró con otra arenga.
Después de su encendida intervención en el edificio Libertador, el mandatario entonó su tradicional “Viva la libertad, carajo”.Pero después pidió perdón, interrumpió al locutor y cerró con otra arenga.