Necesitamos espacios de silencio digital, momentos de desconexión voluntaria que nos permitan reconectar con la temporalidad lenta del encuentro con los demás, del pensamiento y la contemplación.
Necesitamos espacios de silencio digital, momentos de desconexión voluntaria que nos permitan reconectar con la temporalidad lenta del encuentro con los demás, del pensamiento y la contemplación.