La defensa de la civilización planetaria no precisa de dependencias gubernamentales que lleven su nombre. Menos aún para hacer política partidaria desde el Estado o librar desde allí batallas ideológicas con espíritu de Cruzada.
La defensa de la civilización planetaria no precisa de dependencias gubernamentales que lleven su nombre. Menos aún para hacer política partidaria desde el Estado o librar desde allí batallas ideológicas con espíritu de Cruzada.