Transmitidas de generación en generación, estos supuestos condicionan la manera en la que cuidamos nuestra salud y la de nuestros hijos.Pero, ¿cuánto hay de verdad en estas afirmaciones?
Transmitidas de generación en generación, estos supuestos condicionan la manera en la que cuidamos nuestra salud y la de nuestros hijos.Pero, ¿cuánto hay de verdad en estas afirmaciones?