El presidente, disparatado, insultante tantas veces, rabioso y mal hablado, convoca así adhesiones y por el momento no enciende la mecha de los más angustiados, que siguen esperando una redención, que quizás no llegue jamás.
El presidente, disparatado, insultante tantas veces, rabioso y mal hablado, convoca así adhesiones y por el momento no enciende la mecha de los más angustiados, que siguen esperando una redención, que quizás no llegue jamás.