El hombre estaba viendo la película Stuart Little junto a su hija cuando notó la obra de arte de 1928 de un autor húngaro, de la que se había perdido todo rastro.La pintura la había comprado una asistente de producción del film a sólo 500 dólares en una venta de garage.Luego de descubierta, la obra fue comprada por un coleccionista privado en 110 mil dólares.