El padre Gabriel Romanelli, que tiene alojados a 500 palestinos en la iglesia y la escuela parroquiales, anhela que la tregua sea el comienzo de “una paz justa”. Dice que la reconstrucción “no será fácil, pero tampoco imposible”. Navegación de entradas Quién es Martín Ponte, el piloto acusado de estafar a un nene con leucemia al que ayudó Franco Colapinto Eisenhower, Biden y una buena lección para aprender