La implantación en los últimos años de bandas criminales internacionales de gatillo fácil despierta alarma en un lugar acostumbrado a los extranjeros acaudalados que, honestos o no, llegaban a gastar y pasarla bien. El país presenta atractivos para el crimen organizado: geográficamente, es puerta de entrada a Europa del hachís norafricano y la cocaína sudamericana.