A contrapelo de la mesura sanmartiniana, al argentino medio parece que no lo seducen las medias tintas y se deja seducir con frecuencia por las propuestas grandilocuentes.
A contrapelo de la mesura sanmartiniana, al argentino medio parece que no lo seducen las medias tintas y se deja seducir con frecuencia por las propuestas grandilocuentes.