Una socia de Omint pidió que le practicaran un aborto en una clínica privada. Defensa del Consumidor falló contra la prepaga por no garantizar la prestación. La Ley 27.610 prevé la objeción de conciencia profesional pero no institucional. Navegación de entradas Yerba mate: se recupera el consumo en el mercado interno Cristina y la otra elección que más le importa: el PJ pone en juego 15 bancas en el Senado y pronostican una catástrofe