Para la Justicia, las pruebas son contundentes: un anillo y un video, claves. El joven tuvo “un desborde emocional” cuando habló con la Policía, pero no puede tomarse como una confesión.
Para la Justicia, las pruebas son contundentes: un anillo y un video, claves. El joven tuvo “un desborde emocional” cuando habló con la Policía, pero no puede tomarse como una confesión.