En su temprana emigración a Francia, perteneció a una generación de realizadores de buena acogida en ese país tan eurocéntrico.Fue uno de los escasos directores que recibió la invitación carte blanche del MOMA.Su documental La guerra de un solo hombre es un clásico de la historia de la cinematografía mundial, además de un alarde de coraje por su posición crítica.Hizo además un lírico registro de la crisis de 2001 y un bello film sobre la amistad, Dueto. Sus restos serán despedidos mañana en el cementerio de la Chacarita.