En pleno San Telmo, se esconde una joya arquitectónica con cúpulas azules y espíritu ruso. Fue inaugurada en 1904 gracias al aporte del mismísimo Zar Alejandro III. Navegación de entradas La caída de Elon Musk: la motosierra no arrancó y Milei pierde un aliado En la nueva era del dólar barato, la pregunta se mantiene: ¿será sostenible?