La discriminación en comprobantes y etiquetas refleja el peso que la carga tributaria tiene en el precio final que paga el consumidor. Los productos se encarecen hasta 56%, entre el 21% de IVA e impuestos nacionales indirectos, que llegan al 35%. Navegación de entradas Bahía Blanca: la solidaridad como motor y la reconstrucción de una ciudad en movimiento Aranceles recíprocos de Donald Trump: una tormenta perfecta en el tablero global