Siempre conviene recordar el 24 de marzo como una pesadilla que hemos dejado atrás, pero también como una invitación a trabajar para que nunca más veamos un retroceso de la democracia y la libertad.
Siempre conviene recordar el 24 de marzo como una pesadilla que hemos dejado atrás, pero también como una invitación a trabajar para que nunca más veamos un retroceso de la democracia y la libertad.