Aire acondicionado en las salas, butacas de sobra para elegir, poco tránsito a la salida. Todo ideal, menos las películas. Por suerte, al final llegó Viggo Mortensen a caballo para salvar la semana. Navegación de entradas Nisman, un adoquín en el zapato de Cristina y el espía clave que tuitea desde Pinamar Neymar se aleja de Arabia Saudita y Santos quiere “tocar su corazón” con el recuerdo de Pelé para que regrese