Las izquierdas que justificaron regímenes dictatoriales han sido y son la contracara monstruosa y, a la vez, la réplica siniestra de lo que decían combatir. Venezuela es un último ejemplo de ello.
Las izquierdas que justificaron regímenes dictatoriales han sido y son la contracara monstruosa y, a la vez, la réplica siniestra de lo que decían combatir. Venezuela es un último ejemplo de ello.