La legalidad como límite definitorio, que idealmente sostiene el sentido profundo de las Naciones Unidas, se encuentra en un abismo. Y Washington se sostiene en esa falla que además alimenta.
La legalidad como límite definitorio, que idealmente sostiene el sentido profundo de las Naciones Unidas, se encuentra en un abismo. Y Washington se sostiene en esa falla que además alimenta.