- Solo el 25 por ciento de los franceses tienen uno. Y son mala palabra entre los parisinos, que los acusan de generar gas contaminante, ruido y consumir mucha electricidad.
- Además, hay que tener un permiso y de conseguirlo, el costo no deja de ser disparatado: instalar uno para un piso de 100 metros cuadrados en París costaría entre 12.000 y 16.000 euros.
